A Pedra dos Namorados

El amor siempre ha sido, y siempre será, uno de los principales hilos conductores de nuestras vidas. Ya desde la Antigüedad conocemos historias de amor que marcaron el devenir de la historia, como la de Cleopatra y Marco Antonio o la de Enrique VIII y Ana Bolena. No hay duda de que, cuando entre dos personas surge el amor, todo cambia, aunque en realidad nada lo haga. Las posibilidades se multiplican y los enamorados creen ser capaces de superar cualquier obstáculo o impedimento en su relación, de tal forma que su mundo se convierte en la materialización de la más bella de las poesías. 
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Al menos así es para los más románticos. Y si bien la vida es como la ruleta de un casino, esa que nunca deja de girar y cuyo resultado es siempre impredecible, todavía son muchos los creen en el amor. Para ellos, el municipio de Laxe guarda un tesoro de valor incalculable: A Pedra dos Namorados.

Una de las maneras más populares de inmortalizar el amor de una pareja es escribiendo sus nombres en alguna superficie, preferiblemente pública. Así, es habitual que los bancos de los parques estén llenos de declaraciones de amor escritas con rotuladores permanentes y hasta los puentes cuentan con grafitis de este estilo. Pero mucho antes de estas declaraciones en tinta, a las que más tarde siguió la moda de los candados, los enamorados de Laxe grababan su amor en…piedra.

Sí, en piedra. No debe parecernos raro si tenemos en cuenta la connotación mágica que tiene la piedra en Galicia, especialmente en la zona de la Costa da Morte, donde se localizan algunas de las muestras de petroglifos más importantes de la Comunidad. De esta forma, las parejas de Laxe y de municipios cercanos subían hasta este lugar en el Monte da Insua aprovisionados de martillo y cincel para grabar sus nombres para siempre en piedra. Actualmente se desconoce en qué momento los enamorados comenzaron a peregrinar hasta esta formación natural, aunque sí se ha podido comprobar que algunas de las inscripciones más antiguas datan de principios del siglo XX, mientras que las más próximas a nuestro tiempo se sitúan en los años 40 y 50 del pasado siglo. Entre los grabados destaca el del famoso químico y geólogo Isidro Parga Pondal, sobrino nieto del poeta Eduardo Pondal, quien inscribió su nombre junto al de su pareja de aquel entonces.

A pesar de la atmósfera de romanticismo que desprende este lugar, son muy pocos los turistas que conocen su existencia. No obstante, cuenta con una ubicación estratégica, ya que justo a su lado pasa la Ruta dos Faros, lo que ayuda a aumentar su visibilidad entre los viajeros.

Además, A Pedra dos Namorados se encuentra en una zona medioambiental de importante valor natural y en cuyas proximidades se encuentran dos de los atractivos más importantes de Laxe: la Furna da Espuma y la Praia dos Cristais.
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La primera es, como su propio nombre indica, una Furna en la que el batir del mar es tan intenso que cuando el agua llega se convierte en espuma. En función de las condiciones meteorológicas del día, la cantidad de espuma generada puede ser mayor o menor, llegando a haber días en los que la furna parece estar completamente cubierta de nieve.

La Praia dos Cristais, por su parte, es un arenal que está recubierto por pequeños cristales de todos los colores. Este curioso fenómeno tiene su origen en una práctica para nada respetuosa con la naturaleza: tirar las botellas de cristal al mar. El bravo Océano Atlántico las devolvió a esta cala en forma de pequeños cristales erosionados que hoy en día son un auténtico reclamo para los viajeros. Es importante recordar en este sentido que está totalmente prohibido recoger y llevarse a casa alguno de ellos.​
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Del mismo modo, también está prohibido pintar (o tallar) en A Pedra dos Namorados. Con todo, su visita será más que suficiente para grabar en la mente de los enamorados un recuerdo mágico.
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