Al extremo oeste de la península ibérica, justo donde acaba la tierra y comienza el gran Océano Atlántico encontramos la Costa da Morte, una impresionante región costera en Galicia. Su nombre proviene de la peligrosidad del lugar que, con sus fuertes corrientes y sus escarpados acantilados, además de los habituales temporales, ha hundido cientos de barcos a lo largo de la historia. Estamos ante uno de los paisajes más impresionantes de España que merece ser capturado en fotografías que perduren para siempre. Capturar los Paisajes Costeros Las constantes y violentas oleadas han dejado paso a unos vertiginosos acantilados escarpados y estos, a su vez, han creado pequeñas playas donde bañarse es muy peligroso por las corrientes y las mareas, pero que dejan paso a un paisaje virgen, con aguas turquesas y arena fina y blanca, dignos de fotografiar. Si bien este lugar tiene una increíble belleza natural, hacer que una imagen le haga justicia puede no ser tarea fácil, por esto, os traemos algunos consejos. El primero, jugar con las luces y sombras que nos ofrece el amanecer y el atardecer, pues pueden hacer de una simple fotografía un retrato de lo más surrealista. Otro consejo sería situarnos en algún cabo un poco elevado, así parecerá que sacamos la foto desde dentro del agua y la perspectiva será perfecta. Y el último, para los más experimentados, recomendamos una velocidad de obturación de 1 o 2 segundos, con la que captaremos la velocidad y los movimientos bruscos de las olas contra las rocas y una apertura cerrada, que nos dará un mayor plano. Explorar los Pueblos con Encanto Aunque el paisaje que ha perfilado la naturaleza es uno de los atractivos de Costa da Morte, los auténticos pueblos marineros, con casas de colores cargadas de antiguas tradiciones e infinitas historias llenas de supersticiones le dan un valor aun más especial a este lugar. Muxía es probablemente el pueblo más bonito de Galicia, aunque no podemos olvidarnos de Malpica, una localidad caótica y acogedora a partes iguales; Vimianzo, el único que no es costero pero que merece una visita a su castillo, Ézaro, con su famosa cascada que desemboca al mar o Corcubión, el precioso pueblo pescador que fue declarado Conjunto Histórico Artístico por la riqueza de su patrimonio, entre muchos otros. En este caso, las recomendaciones fotográficas se alejan de la apertura cerrada que comentábamos, aquella que nos dará un plano más amplio, para dar lugar a una apertura más abierta, que nos permita retratar los pequeños detalles de la vida cotidiana con las que captaremos la cultura lugareña. Fotografiar la fauna y flora Como bien sabemos, la orografía de Costa da Morte hace que no sea un lugar fácil para transitar, navegar o vivir, pero esto no quita que sea el hábitat de muchos animales y plantas. Con mucho sigilo y paciencia, en este rincón de Galicia podremos observar, y con suerte fotografiar, animales terrestres como la jineta, corzos, rulas, visones o martas; aves marinas como las icónicas cigüeñas o tórtolas y águilas reales. En barco o velero, de nuevo con un poco de suerte, es posible que avistemos vida marina propia del Atlántico como orcas, focas, delfines y ballenas, que viajan en sus migraciones anuales. Para esta ocasión proponemos una configuración de la cámara igual que la anterior; aunque le añadiremos el complemento estrella: un superteleobjetivo será nuestro mejor aliado en estas ocasiones. Este nos permitirá sacar fotografías muy bien definidas desde una distancia considerable, lo que es imprescindible para evitar molestar a la fauna en su hábitat natural, además de no ahuyentarla con nuestra presencia. Exhibir elementos culturales e históricos De la misma forma que nos pasaría si estuviéramos de viaje a China, donde se encuentra la gran muralla China, una de las construcciones más sorprendentes que ha hecho el humano; en Stonehenge, Reino Unido, el círculo de rocas donde se han inspirado muchas películas o en Egipto, donde se conserva el legado de una de las culturas más antiguas y que ha servido de inspiración para libros, películas y juegos de casino como book of dead . En Cabo da Morte encontramos también numerosos elementos culturales e históricos, que piden ser fotografiados. Encontramos la herencia histórica de esta región en muchos de sus pueblecitos. Por ejemplo, podemos empezar fotografiando el Hórreo de Carnota; una larga construcción de madera que servía para guardar el grano lejos de la humedad, o subir al Monte Pindo, conocido también como el Olimpo Celta, donde encontraremos piezas históricas como la muralla, las piedras en forma de druida, o el Castillo de San Xurxo, del que solo podremos fotografiar las piedras que formaban su torre de vigilancia. Conclusión Esta región costera comprendida entre Malpica y Muros tiene un patrimonio cultural de lo más rico, y unos paisajes con un encanto increíble. Sin duda, estamos ante una región que merece ser explorada a través de la lente de nuestra cámara, pues esta nos permitirá capturar con detalle y precisión la belleza que observan nuestros ojos.
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