Probablemente los viajeros que hayan visitado Galicia conozcan más los senderos del Camino de Santiago que los atractivos que ofrecen otras zonas menos turísticas como la Costa da Morte, que no son pocos. Tierra de mar y naufragios, la Costa da Morte tiene en Finisterre uno de sus mayores reclamos, pero hay otros puntos de interés como por ejemplo Vimianzo. No se trata de un pueblo muy grande y lleno de atractivos turísticos que nos haga pasar en él más de una jornada, pero eso no significa que no merezca por derecho propio una parada en nuestra ruta por la Costa da Morte. El principal atractivo de Vimianzo es su castillo, edificado entre los siglos XII-XIII, pero cuya imagen actual responde a las reformas del siglo XV. El estado de conservación actual del castillo es muy bueno, e invita a pasear por su patio presidido por la torre del homenaje, y sus murallas desde las que se domina Vimianzo y todo el valle. Estos muros vivieron en 1467 una revuelta durante la Guerra Irmandiña, cuando el pueblo se reveló contra los señores feudales y asaltaron la fortaleza, un acontecimiento que hoy día se conmemora cada año en el mes de julio en la fiesta del Asalto al Castillo. Pero el atractivo del castillo reside en que, además de ser una fortaleza muy bien conservada por la que podremos pasear entre almenas, es un lugar muy vivo. Y es que este lugar se ha convertido en elepicentro de la artesanía de la zona y no sólo se venden productos hechos a mano, sino que podemos ver cómo trabajan algunos de estos artesanos, en concreto las encajeras y tejedoras. Varias mujeres de la zona llegan a diario al castillo de Vimianzo para trabajar en bufandas, fulares, paraguas o fundas para pañuelos que luego venden, y lo hacen de cara el público. Una de ellas es Carmen Lema, de 79 años, que aprendió desde niña a ser palillera –una forma de hacer encaje- y cuya hija también realiza este oficio en el castillo. No tienen problema en contar a los viajeros cómo realizan su trabajo mientras sus manos no paran de mover los palillos con los que los hilos darán forma al dibujo de encaje. Merece la pena pararse a hablar con ellas. También vemos allí como las tejedoras realizan las telas, elaborando el hilo primero con el uso y la rueca, y con el telar tradicional después. Encontramos piezas de estos delicados encajes para todos los bolsillos, desde una funda de pañuelos de 7 euros hasta bufandas de 40 y fulares que pueden alcanzar los 200 euros por su complejidad. En el castillo de Vimianzo encontramos también otros productos de artesanía como alfarería procedente de Buño, orfebres o cesteros. El horario de apertura del castillo de Vimianzo es de martes a domingo de 10 a 14 y de 16 a 18:30, ampliando su horario hasta las 20:30 en verano y Semana Santa. En sus jardines está permitido sentarse a hacer picnic, lo cual siempre es una opción a tener en cuenta si el tiempo acompaña.
Además, en los alrededores de Vimianzo existen más de 300 construcciones megalíticas, concretamente mámoas o sepulcros, que datan entre los años 4.000 y 2.000 a.C. Estos vestigios los encontraremos a algunos kilómetros del castillo en puntos como A Mina, Pedra Cuberta, Pedra Moura o Pedra da Arca. Y entre el Valle de Vimianzo con el Valle de Traba encontramos los Penedos de Pasarela, un conjunto de esculturas naturales obra de la erosión del viento y del mar que evocan, según los locales, a formas como una barca, una dama, una osa o una cabeza de cerdo. Fotos | Álvaro Onieva Enlace | Lugares de interés en Vimianzo |
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Marzo 2022
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